Voy a compartir con todos vosotros mi primera
toma de contacto con el Krausismo. Corriente filosófica alemana que llega a
España a través de Julian Sanz del del Rio con una traducción
reinterpretada no literalmente que entendía la postura de dios como dogma, y no
como originalmente es planteado en esta filosofía, en la que dios forma parte de la naturaleza y
está en todas las cosas.
Es Ginés de los Rios como pedagogo el que traslada esta
ideas de carácter filosófico al ámbito de la enseñanza.
Como corriente filosófica Krausel tenía una concepción de la
filosofía que abarcaba tanto el ámbito
socio-político como el de la educación partiendo de un ideal de ser
humano basado en la ética, la honestidad, seriedad intelectual, la tolerancia,
la libertad religiosa a favor de la diversidad, la libertad de expresión y la
igualdad ente géneros y clases sociales.
Este ideal de personaje social era una utopía entonces y
aunque no del mismo modo sigue siéndolo hoy en día.
El promover la igualdad entre géneros y clases social en una
España del siglo XIX con tres cuartos de
población analfabeta y arraigada en un fuerte poder eclesiástico me resulta
completamente pionero y actual en sus ideales.
La escuela de libre enseñanza que propusieron con esta nueva
filosofía ya nos ha mostrado con todos sus grandes referentes artísticos y
literario que es un modelo, más que válido, recomendable a seguir en el que se
fomentaba la libertad y la creatividad en las artes como enseñanza.
No conocía esta corriente y me resulta sumamente interesante
conocer el origen y a los precursores que confiaron en ella, y que en
contraposición de algunos de los comentarios y opiniones que se dieron en la
mesa redonda, ha llegado e influido notablemente en un cambio social educativo
que apuesta por promover la libre enseñanza y la educación el valores.
Desde luego temas como la igualdad de género hoy en día, a
pesar de que aun sea un tema polémico y en auge en el que todavía se sufre en
algunos aspectos esa imposición machista arraigada en la tradición, me resulta
personalmente ridículo, puesto que a mi parecer ha de ser así por una simple cuestión de ética y moralidad.
Pero temas educativos, en los que se supone que nos encontramos con una
educación pública, igualitaria de calidad y con libertad religiosa quedan aun
muy lejos de la realidad y los conceptos que transmitían los krausistas.
Raquel Sánchez Pérez
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